jueves, 18 de junio de 2009

una Paco Pérez y unos Juan Castillo…

Annette estaba apuradísima con los preparativos de la fiesta; ésta será la mejor fiesta del año, pensaba mientras bordaba cuidadosamente los manteles que planeaba usar para el evento. Llevaba ya dos semanas limpiando y remodelando la casa, pues le aterraba preguntarse qué iban a pensar los invitados si veían sus muebles viejos o sus cuadros con obras que no eran precisamente de Da Vinci. Pensarán que no tengo dinero; que no tengo clase; se repetía una y otra vez, atormentándose. Mientras tanto, Marí, su hija, llegaba de la guardería y corría hacia ella con los brazos abiertos, lista para darle a su madre un enorme abrazo. Cuando Annette la vio, se levantó súbitamente y gritó a la pequeña que no se acercase; pues Marí llevaba un poco de chocolate en su blusón y sería una desgracia que manchara el vestido nuevo que Annette llevaba ese día para la cena con los vecinos. Marí no se sorprendió; su madre llevaba meses actuando de esa manera; desde que se habían mudado a su nuevo vecindario. Siempre había un desayuno, almuerzo, comida, merienda o cena que Annette no se perdía para ir a mostrar sus nuevos zapatos o sus nuevas gafas de diseñador. Desbordaba glamour y clase por donde quiera que pisara; y por las noches su brillo se opacaba mientras daba vueltas entre las sábanas planeando lo que se pondría el día siguiente. “La bolsa Paco Pérez ya la usé el mes pasado.. Los zapatos Jorge Castillo rojos ya me los vió Lety..” pensaba mientras veía a su esposo dormir. El pobre trabajaba tan duro para cumplir los caprichos de su mujer, que por las noches caía rendido ante el colchón y aplazaba el momento de arropar a su hija y contarle su cuento favorito para el día siguiente; siempre el día siguiente. Y los días pasaron y pasaron; y Marí se quedó sin su abrazo, sin su cuento; sin sus padres… Y todo por una Paco Pérez y unos Juan Castillo


- Por Verónica Rocha.
Los nombres, personajes y situaciones son ficticios, aunque pueden llegar a estar basados en hechos reales.

1 comentario:

  1. La cruel realidad en algunas ocasiones. Abrir los ojos le haría bien al mundo.

    Nice post!

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